Conocer la cuenta de resultados de la empresa es un paso previo esencial para la toma de decisiones. Si estás pensando en invertir, necesitas financiación o, quizá, te planteas realizar recortes, comienza por estudiar el estado financiero de tu negocio.
La interpretación de la cuenta de resultados debe considerar las pérdidas y ganancias, pero no de forma aislada sino junto con otros aspectos como las características del sector, el entorno competitivo y de las decisiones tácticas de la empresa.
La cuenta de resultados forma parte de las cuentas anuales que se deben presentar cada año en el Registro Mercantil. No obstante, lo ideal es calcularla mensualmente a nivel interno.
Cómo se realiza la contabilidad de la empresa
Por lo general, la contabilidad de la empresa se delega en una gestoría o asesoría pero conviene conocer tres principios esenciales:
- No contabilizar los ingresos hasta que se hagan efectivos
- Reflejar los gastos previsibles
- Imputar los ingresos y los gastos al periodo en el que se generan
Los ingresos y los gastos son las dos partidas más importantes de la cuenta de resultados. A la hora de elaborarlas hay que reflejar lo siguiente:
- El importe neto de la cifra de negocio, es decir, la facturación o base imponible sin IVA ni descuentos.
- Los gastos de personal, que deben incluir los salarios, la parte proporcional de pagas extras, la Seguridad Social, los gastos de formación, etc.
- Compra de mercancía, aprovisionamientos y trabajos subcontratados.
- Amortización mensual de los gastos de establecimiento, del inmovilizado material y del inmaterial.
- Variación entre existencias finales e iniciales.
- Otros ingresos y gastos de explotación, como subvenciones, exceso de provisiones, servicios exteriores (arrendamientos, transportes, suministros, primas de seguros, etc.), impuestos, etc.
- Ingresos y gastos financieros derivados de participaciones en capital, inversiones financieras, diferencias positivas o negativas de cambio, intereses de préstamos, etc.
- Ingresos y gastos extraordinarios no derivados de la actividad propia de la empresa
- Impuesto de sociedades
Puede que la cuenta de resultados no evolucione como esperabas. Sin embargo, esto no tiene por qué significar que el negocio vaya mal. Los números se deben analizar teniendo en cuenta otros aspectos, como estos:
Liquidez
Sirve para hacer frente a pagos, salarios, préstamos, adquisición de mercancía, etc. Para conocer la liquidez hay prestar atención al presupuesto de tesorería, incluyendo el periodo medio de pago a proveedores y de cobro a clientes.
Gastos variables
Algunas partidas pueden incrementar o disminuir el gasto reflejado en la cuenta de resultados. Esto se debe a su forma de calcularlas. Por ejemplo, Hacienda determina cómo una amortización se considera gasto deducible. Los márgenes establecidos pueden hacer que varíe el beneficio final.
Principio de prudencia
Este principio contable establece que se deben tener en cuenta todos los gastos previsibles pero solo los ingresos efectivos. Estas anotaciones pueden influir negativamente en la cuenta de resultados, aunque no se trata de una estimación totalmente objetiva.
Como ves, son muchos los factores a considerar. Todas las decisiones relacionadas con la empresa deben basarse en un estudio pormenorizado de la cuenta de resultados dentro del contexto del sector de actividad y del entorno competitivo. En SP Auditoria llevamos años asesorando a nuestros clientes en la cuenta de resultados. Nos gusta trabajar codo con codo con cada empresa para realizar un plan que refleje la realidad, y plantear escenarios alternativos y estrategias a seguir. Ponte en contacto con nosotros…
¡y empecemos!